Bullying: “No es un juego de niños y puede dejar secuelas profundas”

El bullying o acoso escolar es una forma de violencia sistemática que puede dejar secuelas profundas en la autoestima, la salud mental y el desarrollo emocional en niños, niñas y adolescentes, explicó la psicóloga Liz Aguiar. Para la especialista, no es solo un “juego de niños”, sino una forma de violencia. “Lo que busca es crear un cierto daño”.
Estimativamente, el 50% de las personas sufrieron bullying en algún momento de su vida. “Y de ese grupo, al menos el 20% la pasó realmente mal”.
Las consecuencias son el aislamiento, la ansiedad, el bajo rendimiento e incluso pensamientos de autolesión. La psicóloga advirtió que no debe confundirse con un conflicto ocasional, ya que el bullying tiene como objetivo ejercer poder o causar daño sostenido en el tiempo.
El acoso escolar sigue siendo un tema que preocupa en las instituciones educativas. Existen cuatro tipos principales de bullying: Físico, verbal, psicológico y cibernético.
“El físico suele incluir empujones, golpes o dañar objetos personales. El verbal se manifiesta en insultos y burlas, por ejemplo, por el aspecto físico. El psicológico aparece sobre todo en la adolescencia, con situaciones de aislamiento o manipulación. Y el cibernético, muy común hoy, incluye acoso a través de redes sociales, como la creación de stickers ofensivos con fotos de la víctima”.
¿QUÉ HACER? Ante este tipo de violencia presente en los entornos educativos, la psicóloga Aguiar dijo que es importante que los padres, docentes y cuidadores estén atentos a ciertos signos que presentan los que sufren bullying.
Uno de los aspectos más preocupantes es el impacto emocional que puede generar es que la falta de contención puede llevar a “pensamientos muy oscuros”.
La psicóloga también señaló que el entorno cumple un rol clave: “No siempre viene de la casa. Puede ser que el niño esté influenciado por su grupo de pares. Pero, sí, si se cría en un ambiente hostil, con violencia física o verbal, eso se normaliza y se reproduce”.
Aguiar insistió en que el rol de los adultos es importante para combatir el bullying. “Docentes, padres y cuidadores deben observar los cambios de conducta: Aislamiento, baja en el rendimiento, ansiedad o síntomas físicos sin causa aparente como dolores de cabeza o estómago. Estos son signos de alerta”.
Ante la denuncia de los casos, la psicóloga Aguiar recomienda no minimizar los hechos. “Lo importante es no normalizar. Hay que fomentar la autoestima, la resiliencia y la educación emocional. Además, es clave que los adultos intervengan a tiempo, antes de que el cuadro se agrave”.
Para la psicóloga Liz Aguiar, hablar del tema es el primer paso para erradicar una violencia que muchas veces se esconde bajo la excusa de “cosas de chicos”.
¿CÓMO AYUDAR? En caso de detectar algún afectado es importante primero crear un espacio seguro donde el chico pueda hablar sin miedo a ser juzgado validando las emociones con palabras como que es normal sentirse triste o asustado, pero que no está solo.
Además, se debe informar a la escuela, estableciendo contacto con los docentes y exigiendo protocolos de intervención. Si el daño emocional es profundo, el acompañamiento psicológico es clave.
“Si ves que está pasando (un caso de bullying) y vos no estás actuando en consecuencia, es como que en cierta forma también formas parte de esa agresión o de ese evento”.
TIPOS DE BULLYING
Físico: golpes
Vebal: insultos, burlas.
Social: exclusión, rumores.
Virtual: ciberacoso.
CARACTERÍSTICAS
Intencionalidad: el daño es deliberado.
Repetición: ataques constantes.
Desigualdad de poder: la víctima se siente incapaz de defenderse.