Lo que comenzó como una tendencia recreativa con pistolas de hidrogel ha escalado a un problema que genera preocupación entre la ciudadanía. Grupos de jóvenes, armados con estos dispositivos, han tomado las calles, disparando indiscriminadamente a personas y vehículos, lo que ha derivado en altercados con automovilistas.
La situación, que inicialmente era vista como una actividad inofensiva, ha evolucionado en una amenaza al orden público. Las confrontaciones entre los participantes y terceros afectados han generado grescas, poniendo en riesgo la seguridad de los involucrados y de quienes transitan por las zonas afectadas.
Ante el incremento de estas situaciones, las autoridades instan a la población a reflexionar sobre el uso responsable de estos juguetes y recuerdan que, aunque sean dispositivos recreativos, su uso imprudente puede tener consecuencias legales y sociales.
«La paciencia se agota, y lo que parece un juego podría terminar en sanciones o, peor aún, en incidentes graves».
