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Marcelo Jara, absuelto en caso de abuso sexual: “La esperanza nunca me abandonó”

Marcelo Jara, absuelto de toda culpa en caso de supuesto abuso sexual a su hija.
Marcelo Jara es inocente. El conocido comunicador fue absuelto en el caso de supuesto abuso sexual de su propia hija.


Terminó el calvario para el exconductor de programas de radio y televisión, Marcelo Jara, quien luego de cinco años de lucha por la verdad, quedó absuelto de una injusticia. En conversación con HOY, comparte detalles.

“Durante cinco largos años viví una pesadilla que marcó mi vida y la de mi familia. Una falsa denuncia por abuso sexual me condenó a enfrentar lo peor de la injusticia, privándome de mi libertad, de mi dignidad y de momentos irrepetibles con mis seres queridos”, expresa.

El popularmente llamado “Mandibulín” fue denunciado por su expareja en el 2020, por supuesto abuso sexual de la hija que tienen en común. Cuenta que pasó 6 meses y 4 días encerrado. Luego, 50 días en Judiciales y después en la cárcel de Tacumbú, un lugar donde, asegura, “la supervivencia es un desafío diario”.


El mediático relata los malos momentos que pasó en Tacumbú: “AllÍ casi pierdo la vida a causa de una enfermedad y llegué al punto de pensar en quitarme la vida, atrapado en un sistema que parecía olvidarse de mi humanidad”.
Lamenta que no pudo estar presente en momentos claves de la vida de sus hijas, como el primer año de la menor y los 15 años de la mayor. “La añoranza y la impotencia me acompañaron día y noche. Sin embargo, la esperanza nunca me abandonó, gracias al apoyo incondicional de mi esposa, quien jamás dejó de creer en mi inocencia. Hoy, puedo decir que la justicia prevaleció.

En un juicio oral que duró 18 días, y por decisión unánime, Jara fue absuelto de toda culpa y pena. “Este fallo no solo marca el fin de una etapa de sufrimiento, sino también el inicio de una nueva vida para mí y mi familia”.
El instagramer agradece al Dr. Nelson Ruíz, por acompañarlo y luchar con determinación para demostrar la verdad y devolverle su libertad, así como a su familia “por su amor y fe inquebrantable”. Ahora, espera con ansias abrazar a su hija Agustina, a quien no ha visto en cinco años.

“Quiero empezar a disfrutar nuevamente de la vida tranquila que me fue arrebatada en todo este tiempo. Este es un nuevo comienzo, y lo enfrentaré con la convicción de que la verdad siempre triunfa, aunque a veces parezca que tarda en llegar, sostiene.
“No sé si el tiempo que me quede de vida será suficiente para cicatrizar mis heridas pero dejo en mano de Dios lo que tenga que ocurrir con las personas que intentaron dañarme, de mi parte tal como me han enseñado desde chico obraré sin venganza y sin rencores por mis condiciones religiosas y personales”, finaliza.

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